Decía la
semana pasada, que en ocasiones hay una parte de Ferrol que se comporta como si
realmente fuese incapaz de reconocer, públicamente claro, los aciertos y buenas
gestiones de la otra parte, la del adversario político. Sin embargo, justo es
decir también, que ésta no puede ser considerada como una característica de
nuestra ciudad, sino más bien, como si de un fiel reflejo se tratase de lo que,
generalmente, acontece en la práctica totalidad de la geografía de todo el
Estado. Y en ese contexto y porque lo que más nos debe de preocupar a los
ferrolanos es nuestro Ferrol, es por lo que hago la siguiente reflexión:
Cuántas veces les hemos oído a nuestros políticos que Ferrol es lo
importante. Cuántas veces, que por encima de los intereses del partido están
los de la ciudad ¿Y cuántas veces apreciamos que se cumpliesen esas premisas? Y
no se cumplen, porque Ferrol tiene una clase política que es incapaz de afrontar
los problemas sin antes sopesar “de dónde vienen las propuestas para su
solución”. Y eso nos está matando.
Cuando alguien intenta poner en práctica una iniciativa para aglutinar
todos los esfuerzos, lo primero que el político de turno se pregunta es ¿Quién
organiza el tinglado? ¿De quién es la idea? Y ahí ya nos topamos con la primera
piedra. A veces, casi siempre, una gran piedra, que ya impide cualquier tipo de
avance.
Si de donde parte la iniciativa es de la izquierda, la derecha se
muestra desinteresada y sencillamente no acude a la llamada. Si por el contrario
quién da los primeros pasos es la derecha, la que ni siquiera se plantea su
participación es la izquierda. Y cuando quien
hace la proposición es algún colectivo o medio totalmente ajeno a cualquiera de
las dos tendencias, ambos los dos – por separado, claro – se preguntan ¿Cómo
respira esa asociación? ¿A qué lado cae esa gente? ¿Quién está detrás de todo eso?
En este recientemente pasado 2013, el grupo Voz, al que hay que
agradecerle su preocupación y compromiso, organizó, con más o menos acierto y éxito,
unos interesantes encuentros a lo largo del año en los que se abordaron temas
realmente importantes para el conjunto de Ferrol y comarca. Desde el sector
naval hasta el Puerto Exterior como motor de despegue, pasando por el comercio,
la fusión de ayuntamientos…etc. ¿Y cuál fue la respuesta de la clase dirigente?
Pues justo lo mencionado en el párrafo anterior. En función de cómo se
conformase cada una de las mesas, así se conformaba el auditorio. Y así no
vamos a ninguna parte. Lo que, en mi opinión, quedó patente a lo largo de todos
y cada uno de los actos promovidos por La Voz de Galicia, fue la escasa
preocupación que la clase dirigente tiene y siente de verdad por esta comarca.
En Ferrol la dificultad para el consenso raya en lo imposible, aquí se
alimenta mucho más la discordia que la armonía, y eso, lejos de ayudar a
minimizar los obstáculos, lo que hace es agrandarlos. Si los líderes políticos
autonómicos son capaces de ponerse de acuerdo para que la Pokémon, por ejemplo,
no llegue al Parlamento, o para consensuar que solo tribute a Hacienda el 83 %
de sus salarios ¿Por qué no son capaces de ponerse de acuerdo los líderes
locales para defender la ciudad? Si Rajoy, Rubalcaba, Cándido Méndez, Toxo…etc,
son capaces de llegar a acuerdos a nivel estatal ¿Por qué en Ferrol no lo somos
para defender la ciudad todos a una? La verdad es que parece que estamos empeñamos
en que haya dos Ferroles. Y claro, así nos va.
Jesús Varela
9 de febrero
de 2014
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