Y es que
mientras no sea así, no hay nada que hacer con la empresa. Las soluciones a sus
problemas, además de no enfocarse nunca en la dirección correcta, son siempre
soluciones a corto, cortísimo plazo, incluso, como pensadas y rebuscadas para
salir del problema que se tiene encima en ese preciso momento. Son realmente
decisiones partidistas, no técnicas ni comerciales, pensadas para llegar con
aire a las siguientes elecciones, tras las cuales, hasta puede que uno ya no
esté ahí. Y si uno continua, pues entonces… ya veremos.
Decía La Voz de Galicia, el domingo 24 de Noviembre, que los alcaldes y
portavoces municipales del PP de la comarca se habían reunido con Rey Varela,
Diego Calvo, Miguel Tellado y con Hipólito Fariñas para “analizar” (…) la situación que atraviesa el naval en nuestra Ría.
¿Les parece serio, queridos lectores, que analicen la situación del naval en
nuestra Ría a estas alturas? Pero claro, lo que luego queda al descubierto, es que
para lo que en realidad se reunieron no fue para analizar nada del sector, sino
para concretar los detalles de la excursión a Madrid. Y ésta, que es la triste
realidad, en el fondo no deja de ser una tomadura de pelo más de las muchas con
las que tragamos en Ferrol. Y del mismo modo que nos torean por Ferrolterra, lo
hacen también en el Parlamento de Galicia, donde no se cansan de aprobar por “unanimidad” medidas de apoyo al naval
gallego que finalmente “nunca se
traducen en nada”. Y de igual forma que por aquí, otro tanto sucede en Madrid,
gobierne quien gobierne en el Estado. Esa
es la realidad, o más bien, nuestra triste realidad. Y si alguna duda le
quedaba a alguien con respecto a esa politización que sufre nuestra empresa
tractora, ésta, creo yo, debió de quedar suficientemente aclarada con la
propuesta de plan de futuro que últimamente se presentó ante su Consejo de
Administración.
¿Pero cómo es posible diseñar un plan de futuro (¿cuántos van ya?) para
una empresa que genera pérdidas millonarias año tras año de forma sostenible,
sin tocar el origen del mal? Y la respuesta, que lamentablemente sigue siendo
la misma de siempre, es porque las estrategias que se siguen en Navantia
continúan siendo de carácter político y no empresarial. Ese es el gran problema.
Ese es nuestro gran problema. Quien manda en Navantia son los políticos (aunque
como dijo el alcalde de Ferrol, por el presidente Revuelta, nunca hubiese visto
un barco en su vida) y ellos actúan siempre en función de los intereses que el
partido en el gobierno, que es quien le pone en el puesto, tiene en cada
momento. Por cierto, esa dinámica de nombramientos en Navantia (antes Bazán y
luego Izar) fue siempre la misma, siempre respondió a los mismos parámetros
¿Por qué le llama la atención ahora al alcalde de Ferrol? El Sr. Rey Varela
lleva muchos años en política ¿Por qué no denunció esta práctica con
anterioridad?
¿Por qué no se contempla ningún cierre de centros? Pues por pura y dura
estrategia política. Si el plan estratégico de futuro se elaborase y apoyase en
base a criterios y argumentos exclusivamente comerciales, no sería posible – digo
en el caso de Navantia – no contemplar esa posibilidad. Es más, Navantia tal y
como está y viene funcionando es absolutamente inviable como grupo, y eso lo
saben en Madrid, en Santiago y en Ferrolterra también. Aunque otra cuestión
bien diferente, es que quienes se tengan que hacer eco de esa realidad
prefieran seguir ignorándola. Cuando lo que está en juego es la supervivencia,
lo que hay que hacer es detectar el mal y una vez hecho y después de los
correspondientes análisis, extirparlo sin ningún tipo de contemplaciones. Y eso
si es velar por el futuro, y todo lo demás, es juego político – sindical y
palabrería barata.
¿Verdad que a veces es necesario – desgraciadamente – amputar una
pierna o las dos, para poder conservar la vida? Pues justamente eso es lo que
hay que hacer en este caso para poder seguir respirando. Pero claro, una vez
más y como casi siempre, ese es un remedio que políticamente no es nada aconsejable.
El cáncer maligno detectado en ésta Navantia, se sabe muy bien en donde está. Está
perfectamente localizado y delimitado ¿Por qué entonces no se aplica la terapia
correspondiente? Por andar precisamente
con esas zarandajas, los políticos llevan ya muchos años poniendo en
peligro la tranquilidad y el futuro de miles de familias en esta Ría de Ferrol.
Para elaborar un plan de futuro además
de analizar lo que el mercado va a
demandar y lo que se va a poder ofertar en el mismo, uno tiene que examinar el
funcionamiento de todos sus centros de producción y dentro de ellos, de todos
sus departamentos. Y si Navantia hizo eso, es imposible, totalmente imposible,
que una de sus conclusiones sea la de “NO
contemplar el cierre de ninguno de sus centros de trabajo”. Si, ya sé que
esto suena mal, muy mal, por aquello de la solidaridad, pero es la triste
realidad. Aquí en Ferrolterra de lo que estamos hablando es del “futuro de nuestros astilleros en Fene y Ferrol”, y en esa línea, no podemos permitir,
bajo ningún concepto, que ningún otro tipo de intereses prevalezcan por encima
de los estrictamente ferrolanos. No
debemos consentir que el sentimiento de la solidaridad no nos deje ver las
cosas con objetividad, y ésta, ahora mismo, lo que nos dice claramente es que
lo inviable es continuar de la mano con los centros de la Bahía de Cádiz. Guste
o no guste en el Sur. Solidaridad es
adhesión, pero la Ría de Ferrol no puede, en estos precisos momentos, adherirse
a quien pueda arrastrarla a cavar su propia tumba.
Los trabajadores de Navantia en
la Ría de Ferrol SI demostraron ser
viables, competitivos y positivamente sostenibles. No dejemos pues que los intereses
políticos nos sigan amenazando. Arreglemos esto de una vez por todas y que nos
dejen trabajar.
Jesús Varela
9 de diciembre de 2013
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